12/06/2018

Semillas: malestar del Gobierno y otras entidades del agro con CRA

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La decisión de la organización de avanzar con un proyecto de ley propio generó un cortocircuito luego de que el año pasado trabajara en el consenso para una norma

Cierto malestar generó en el Ministerio de Agroindustria de la Nación y en entidades gremiales y técnicas del agro, que trabajaron un año en un consenso para una ley de semillas, la decisión de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) de presentar ahora un proyecto propio junto a la Federación Agraria Argentina (FAA).

El viernes pasado, Agroindustria convocó a las entidades que en 2017 llevaron al ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, una serie de consensos para avanzar en una nueva ley de semillas, ya que la actual data de 1973.

CRA, la Sociedad Rural Argentina (SRA), Coninagro, la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), Aapresid y CREA formaron una mesa sectorial a principios de 2017 con el objetivo de buscar un entendimiento para una ley de semillas. La ley de 1973 no fija límites al uso propio (la semilla que un productor se guarda de una cosecha para sembrar en la siguiente campaña), pero la mesa de 2017 avanzó en restringir el uso propio y que se pague.

El viernes, Agroindustria convocó a las entidades para ver cómo estaban los lineamientos internos ya que se espera, como anticipó LA NACION, que diputados del oficialismo presenten un proyecto próximamente en el Congreso. Cuando estaba por concluir la reunión, encabezada por el jefe de Gabinete, Santiago del Solar, un representante de CRA anunció que la entidad presentará un proyecto propio con FAA.

Ese anuncio cayó mal. "La reunión venía bien hasta que ellos (por CRA) anunciaron un proyecto propio avalado por FAA. Tuvieron todo un año para decir si no estaban de acuerdo y estuvieron con el ministro cuando se estaban buscando los avales y ahora salen con esto", dijeron en una entidad.

En otra entidad también se pronunciaron de manera similar. "Buscamos consensos durante un año y medio, y ahora patean el tablero. Es una lástima que no hayan llamado antes. No sabemos qué quieren; siempre fueron y vinieron con este tema, dudando", agregaron.

En Agroindustria consideran clave que haya un consenso para que pueda salir la ley, sobre todo para que los diputados vean que hay entendimiento entre todas las partes cuando tengan que abrir el debate en el Congreso.

Desde CRA, una fuente reconoció la situación que se generó en Agroindustria el viernes último, pero defendió su derecho a presentar un proyecto en el Congreso "como cualquier ciudadano".

En esa línea, la fuente de CRA precisó: "Nunca estuvimos plenamente de acuerdo con la doble protección (patentes y ley de semillas). Para nosotros, cuando la semilla entra al campo es del productor y se terminan, fundamentalmente, los derechos sobre el grano". Y añadió: "Nosotros queremos que la patente se agote en la ley de semilla, que no queden derechos de la patente sobre los granos, que se termine Bolsatech (el sistema de información por el cual se verifica la presencia de tecnologías que deben pagar por su uso, como Intacta, de Monsanto) y que sea de orden público", agregó.

El año pasado, las entidades acordaron que el pago de la tecnología se realice con la compra de la semilla fiscalizada y cada vez que se haga uso propio. Todo se paga en la semilla. Sin embargo, en CRA alertan que con eso igual queda abierta la puerta para reclamos sobre los granos por la patente. Por eso piden que la patente se agote en la ley de semillas y sea de orden público.

Respecto del uso propio, la propuesta de CRA es que se pueda hacer uso propio sobre la cantidad de semilla originalmente comprada y no permitir el incremento de la semilla originalmente comprada. O sea, si se compra por 10 bolsas, se puede hacer uso propio por eso, pero hay que comprar si se quiere hacer más sobre lo originalmente adquirido. "Es una forma de limitar el uso propio", dicen en CRA.

Pese a que en CRA hubo una votación, la decisión de avanzar con un proyecto propio provocó discusiones también al interior de sus confederaciones, según trascendió en medios ruralistas.

La Nación – Fernando Bertello