16/10/2018

Un año para desafiar a la soja para sumar rinde y calidad

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Desde Fertilizar destacaron las oportunidades que se le presenta a la oleaginosa bien nutrida.

A poco de que se largue a fondo la siembra de soja en el país, en donde se espera un área de 18 millones de hectáreas, el desafío que deben afrontar los productores es ser cada vez más competitivos, sobre todo en este año que las retenciones volvieron a complicar la rentabilidad.

Por lo que sostienen que la fertilización será clave para sacar más kilos de porotos de los lotes, una práctica no muy frecuente en la oleaginosa, más allá de que los beneficios de la nutrición de la soja están a la vista. Así lo hizo saber Fertilizar Asociación Civil esta semana en una jornada realizada en Buenos Aires, buscando mejorar el uso de esta tecnología que según la entidad, “es la llave para elevar los rindes”.

En este sentido, se analizó las posibilidades de Argentina de aumentar los rendimientos de la soja, los cuales se mantienen estancados en los últimos 15 años mientras que los del maíz se elevaron, informó María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de la entidad, quien agregó que también está planchado el nivel de las dosis de fertilizantes empleados en el cultivo. “Tanto la incorporación de fósforo como azufre están estancados tras el pésimo año que fue el 2015. La soja no reaccionó, en cambio, la fertilización de maíz volvió a los niveles medios”.

Del mismo modo, Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar, remarcó que la relación de compra insumo-producto es de 2,97, es decir, cada 3 kilos de soja se compra un kilo de fertilizante fosfatado (MAP). Esta relación empeoró en relación al año pasado, que era de 2,67, porque el precio internacional de la soja cayó y los valores fertilizantes subieron. “La oportunidad de ganar plata sigue igual, porque es muy holgada la respuesta que estamos viendo”. Sin embargo, recalcó que es importante dominar la técnica mas que estar mirando los decimales entre insumo-producto.

En esta línea, hizo foco en los beneficios de aplicar un paquete de nutrientes a la soja. “Es mucha más consistente si siempre agrego fósforo y azufre, y en otros casos, el zinc, y mejor todavía si se puede aplicar un boro de forma foliar. Todo este paquete se apila y es mucho más contundente que si trato de dividir”, sostuvo.

Específicamente hablando del fósforo, Bassi aseguró que tiene resultados muy beneficiosos en este caso si se divide la aplicación: en invierno y al momento de la siembra.

A continuación, el vicepresidente de Fertilizar indicó que esperan una mejora en el mercado de fertilizantes para soja, más allá que después del cambio de reglas por las retenciones, se paralizó la precampaña. “Hay un chip de mejora, donde el productor busca mejorar año a año. Y eso entendemos que va a traer una mejora en la fertilización en la soja”, señaló En total, el negocio en la oleaginosa ronda los 800.000 toneladas de fertilizantes. “Con 1,4 millones de toneladas es una fertilización masiva que te lleva a 5 millones de toneladas extras de cosecha y te dejen los suelos bien nutridos en fósforo”.

Por último, Luis Ventimiglia, técnico del Inta 9 de Julio y quien maneja la red de ensayos del oeste bonaerense que provee de datos a Fertilizar, hizo referencia al ensayo que realizó por 6 años. Según describió, en un lote sin fertilizar logró un rinde de 3.340 kilos de soja “y fue negocio para el productor porque no gastó nada”. En el mismo ensayo se midió que con una aplicación de 40 kilos de superfosfato triple de calcio, como es el promedio de uso en la zona, y se cosecharon 4.547 kilos. Pero cuando aplicaron 140 kg de fertilizante/ha (100 anticipados y 40 a la siembra) se alcanzaron 5.318 kilos. “En 1,6 años se duplica la ganancia del lote testigo”, graficó.

Otro dato interesante que obtuvo es que aplicó donde se 140 kilos de superfosfato obtuvo casi 2.000 kilos más de soja promedio por año y el que aplicó 40 kilos logró 1.200 kilos en promedio.

Otra arista de la deficiencia de nutrientes es la calidad del grano y la menor cantidad de proteína. “Proteína es sinónimo de nitrógeno. Una soja bien fertilizada con P y S logra sostener mayor cantidad de nódulos, más grandes y más activos, lo que se traduce en mayor fijación de nitrógeno atmosférico. En resumen, mejor fertilización, mayor fijación, más nitrógeno y mejor calidad”.

“La fertilización con altas dosis incrementó sustancialmente los rendimientos y, no solo no diluyó la proteína, sino que la mejoró en al menos 1,5% respecto del tratamiento sin fertilización”, agregó.

Clarín – Esteban Fuentes