28/02/2017

Qué hace falta para que despeguen los agroemprendedores

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Recientemente, Paul Turner, CEO de una importante compañía australiana de big data para el agro llamada AgDNA, comentaba en una nota sobre el debate que surgió en su empresa sobre el beneficio de acudir a capital de riesgo o de financiarse a través de los ingresos generados por sus propios clientes luego de una experiencia negativa con uno de sus inversores. En ese caso, luego de invertir tiempo de trabajo para exponer su proyecto ante una serie de inversores, la empresa que decidió invertir en el proyecto realizó algunos cambios en su equipo gerencial, generando un cambio en las reglas de lo que se había acordado.

Además de mostrar esa visión que puede haber desde el punto de vista de las startups, también existen opiniones importantes del lado de los inversores y aceleradoras. Tal es el caso de AllTech, la compañía de nutrición y salud animal que lanzó un programa de aceleración de startups llamado Pearse Lyons Acceleration. En un primer momento, el modelo de este programa de aceleración estaba destinado a tener un fondo interno con el cual invertirán bajo la figura de venture capital (inversión en capital emprendedor). Sin embargo, tras una breve investigación, notaron que una gran cantidad de startups no están buscando este tipo de inversión y realmente están más interesadas en abrirse paso en el mercado y conseguir sus propios clientes.

En la Argentina, en líneas generales, nos encontramos con la misma dicotomía, pero esto sucede debido a que cada startup se encuentra en diferentes estadios y contextos que le podrían afectar.

Hagamos un breve análisis local de estas tres grandes cuestiones que hacen a que una startup logre llegar a ese siguiente nivel.Existen muchas startups que no se encuentran preparadas para recibir inversión o muchas de ellas no es dinero lo que necesitan. Pareciera que aún está faltando un paso previo para ver estas startups crecer a un siguiente nivel, pero la buena noticia, es que en el país disponemos de los recursos y los talentos para poder hacerlo. Es decir, cualquier agroemprendedor hoy tiene acceso al mercado para probar cualquier idea, acceso a mentores, consultores, especialistas de diferentes disciplinas que, por lo general, tienen capacidades globales para ayudarlos, aportando tanto una metodología, como las competencias necesarias para reducir el riesgo al fracaso y, finalmente, con el capital necesario para poder realizar esos objetivos que se propongan, ya sea de inversores institucionales como "inversores ángeles".

El mercado lo tenemos a la vuelta de la esquina. Si aplicamos la metodología Lean, que se usa mucho para probar el modelo de negocio y aprender rápido según como responde el mercado, no cabe duda que esa barrera en la Argentina no la tenemos.

Los emprendedores deben sentarse e instalarse al lado de la vida del productor, de forma tal de poder ver, tocar, palpar, todos los procesos que entran en la cadena de producción, comercialización, administración y finanzas, etcétera y poder lograr tener los primeros casos de éxito de su propuesta de valor para luego generar las primeras ventas. Pero ahí no se termina, es necesario generar la cultura en el equipo emprendedor de seguir cuestionando e innovando en el modelo de negocio y aprender todos los días de cómo mejorar la propuesta para el productor.

La tecnología es un commodity. Todo el tiempo estamos viendo nuevas tecnologías exponenciales que salen al mercado, aprendiendo sobre ellas, pero estas nunca van a ser una diferencia que haga que un emprendedor pase a un siguiente nivel, sino serán los talentos con los que cuenta el campo argentino y nuestro país. Tenemos universidades a lo largo y ancho del país que forman ingenieros agrónomos, tenemos instituciones del agro que son referentes a nivel mundial, empresarios y productores de los más vanguardistas del mundo, con lo cual armar una buena red de mentores y consultores es solo cuestión de organización.

Por último, la financiación, que siempre creemos que es la barrera. Sin dudas, muchas veces es un gran obstáculo, y si tendríamos un mercado de venture capital como el de los Estados Unidos o Israel sería mucho más fácil de obtenerla, aunque si las condiciones anteriores no acompañan, esto difícilmente ocurrirá.

La ley de emprendedores será un gran incentivo para fomentar y potenciar el capital emprendedor, pero de todas maneras ya nos encontramos en un ambiente en donde las grandes empresas, tanto de agro como de tecnología, están queriendo entender cómo poder captar valor desde los emprendedores para poder seguir innovando en sus modelos de negocios y contagiando a sus empleados de este espíritu, hoy tan necesario. Pero no son solo los grandes, también ocurre a diarios que nos encontramos con algunos productores, aquellos denominados adoptadores tempranos, queriendo invertir en alguna buena oportunidad de AgTech.

En definitiva, es condición necesaria seguir generando la comunidad, que desde el campo ya tenemos mucha experiencia en trabajo de redes. Pero esta es una nueva comunidad en donde se junten los diferentes, los que tienen para aportar desde un lugar diferente, los que se permitan romper moldes, pensar diferente y quienes podrán agrandar la torta. Finalmente, podremos encontrar el capital necesario para aquellos que lo necesiten o financiarse con ingresos operativos aquellos que puedan.