06/11/2018

En Rosario las fábricas elevaron su oferta por la soja, pero no pudieron reunir volumen

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En el mercado local de soja los precios continúan lejos de las expectativas de los vendedores. Ayer las fábricas procesadoras elevaron su oferta de 8700 a 8800 pesos por tonelada para las terminales del Gran Rosario, pero no lograron conseguir más de 20.000 toneladas, según contaron a LA NACION fuentes del sector comercial.

La exportación no hizo ayer ofertas abiertas, luego de pagar entre 9200 y 9000 pesos por tonelada durante la rueda del viernes. Sin embargo, su “idea” de precio rondó los 8987 pesos, en línea con la equivalencia de la posición noviembre de la oleaginosa en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba).

En ese mercado de futuros los contratos noviembre y mayo de la soja retrocedieron US$3,50, en tanto que sus ajustes fueron de 253,50 y de 250,40 dólares por tonelada.

La tónica bajista del Matba fue consecuencia de las leves bajas registradas en la Bolsa de Chicago, donde las posiciones noviembre y enero de la soja resignaron US$0,82 y 0,73 al terminar la jornada con ajustes de 320,78 y de 325,46 dólares por tonelada.

Los factores que condujeron los precios a la baja fueron el avance de la cosecha estadounidense y una lógica toma de ganancias de los operadores tras las subas originadas en el tuit que el presidente de los Estados Unidos, Donad Trump, publicó el jueves pasado, alentando expectativas favorables para una solución de la guerra comercial que hoy restringe las exportaciones de soja estadounidense a China.

Luego del cierre del mercado, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) relevó el avance de la cosecha de soja sobre el 83% del área apta, contra el 72% de la semana anterior, el 89% de igual momento de 2017 y el 89% promedio de las últimas cuatro campañas.

Embarques

Pero, más allá del día a día de los precios, en el mercado de la soja son los embarques de grano sin procesar los que concitan la mayor atención, sobre todo de las fábricas, que siguen lidiando con la escasez de materia prima, en una campaña que por contingencias climáticas ofreció casi 20 millones de toneladas menos de los proyectados.

“Estamos viendo como algo llamativo que en tiempos en los que estamos lejos de la cosecha se estén embarcando volúmenes importantes de poroto de soja. Tanto es así que durante octubre se despacharon desde puertos argentinos casi un millón de toneladas, contra las 465.594 toneladas de igual mes de 2017 y las 288.253 toneladas de 2016. Y ahora, para los embarques programados para el período que va del 31 de octubre al 21 de noviembre, se prevén despachos por otras 836.855 toneladas”, detalló a la LA NACION Emilse Terré, del área de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.

En cuanto a la brecha vigente entre los valores que proponen las fábricas y los que ofrecen los exportadores, la especialista señaló que hoy “el FAS teórico, es decir, la capacidad de pago, de la exportación de poroto de soja es de 260,15 dólares por tonelada, equivalente a $9222, mientras que el indicador para la industria aceitera está en 236 dólares, equivalente a $8366. Por lo que si la industria compra el poroto a los valores actuales de mercado, lo procesa y exporta la harina y el aceite, su margen es negativo”.

Para Terré, “la condición de precios y costos hoy favorece más a la exportación de grano sin procesar que a la industria”. Y si bien aclaró que aún no hay un cálculo preciso al respecto, reconoció que la quita del diferencial de 3 puntos en los derechos de exportación que hasta septiembre último favorecía a la industria respecto de la venta externa de poroto, “claramente tiene un efecto, al desincentivar el procesamiento”.

Para Adrián Seltzer, operador y asesor comercial, el importante volumen de embarques de poroto de so ja “es consecuencia de la igualdad en el tratamiento tributario de las exportaciones en el complejo sojero, sea o no soja procesada. Ello se combina con la suba en los precios relativos de la soja sudamericana ante el conflicto comercial entre Estados Unidos y China”.

El especialista recordó que “el desarrollo del cluster sojero en nuestro país se dio de la mano de las importantes inversiones, justamente en capacidad instalada, de la industria de la molienda de oleaginosas. Así se configuró en la zona de Rosario el mayor polo de molienda del mundo y se transformó a la Argentina en el principal proveedor global de harina y de aceite”.

La Nación – Dante Rofi