21/01/2019

Con inundaciones y dólar bajo, el campo retendrá sus granos y complica al Gobierno

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Los contratos a futuro muestran una demora del 43% respecto de 2018

Luego de que meses atrás el campo no viera con malos ojos los $4 que debía tributar por cada dólar de valor exportado, entendiendo que se iba a licuar en el transcurso del tiempo, el escenario actual luce bastante menos favorable. Hoy, con un dólar planchado en el afán del Banco Central por controlar la inflación, la retención es más alta; a eso se le suman las lluvias que no pararon desde noviembre a la fecha. Frente a este panorama, el productor entiende que debe ser precavido y por eso venderá sus granos sólo por necesidad, esperando también a ver en qué termina la contienda electoral. Los números son contundentes: los negocios de la soja a futuro muestran una caída del 43 por ciento.

El clima, que le había jugado una mala pasada al productor hace año con la ausencia de lluvias, hoy vuelve a ser una preocupación, pero esta vez por el exceso de precipitaciones. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), hay 2,2 millones de hectáreas con 700 milímetros de agua, esto representa 6,6 millones de futuras toneladas de la oleaginosa que a valor FOB significarían ingresos por u$s2.244 millones.

Viendo esto, el productor será cauto y más aún cuando el dólar no sube y se espera un atraso cambiario por elecciones. Todavía resuena las palabras del secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere cuando reflexionaba en septiembre del año pasado: "Cuánto van a valer esos $4 el año que viene, en junio o julio, comparado con lo que significa ese porcentaje hoy (12%)". Parece que aún está lejos de que pase.

“El campo está en crisis. No va a generar la rentabilidad que se creía”, aseguran

Y si algo le faltaba a esta novela es que en el sector aseguran que los precios de los granos son "realmente muy malos". "Hace más de tres años la soja vale lo mismo y también pasa con el maíz. Hace tres años que la relación stock consumo que lo mide el Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés), habla que hay un aumento de mercadería en ambos casos, es decir hay mas granos retenida por parte de los productores", afirmó el economista, Salvador Di Stefano, a BAE Negocios.

"El campo no va a generar la rentabilidad que se creía. De esta forma, queda de lado la posibilidad en la renovación de maquinarias o comprar una 4x4, todo esto se trata más de una fantasía del Gobierno. El productor está en un proceso de desahorro", sentenció el economista.

Poco alentador

Si se observa el precio de la soja a mayo próximo, mes en que el campo debe entregar parte de su mercadería, la misma cotiza a u$s240 la tonelada. Hace un año se pagaba a 318 dólares. La baja es del 25,5 por ciento.

Para que la Argentina se vea beneficiada con un alza de precios debe haber un efecto climático fuerte, como puede ser una sequía en Brasil que haga que los compradores vengan a la plaza local. La foto hoy indica lo contrario y si a esto se le suma la posibilidad de una caída en la producción; el Gobierno va a tener complicada la recaudación por retenciones y por ende el escenario fiscal será difícil, y habrá presión para el dólar a partir de abril si no entran los ingresos de la soja.

El productor sabe de esto y sigue mirando desde abajo del escenario. Datos de Agroindustria señalan que los contratos a futuro de la soja presentan una merma del 42,6 por ciento. Hasta el 9 de enero la oleaginosa comprometida a entregar es de 3,98 millones de toneladas, mientras que en 2018, pese a la sequía, era de 6,94 millones.

Para Di Stefano "el campo está atravesando una situación de crisis" "La cosecha que hay solo se vende por necesidad y gastos cotidianos, lo demás lo va a guardar. El productor necesita un dólar de 50 pesos", indicó.

Otro problema que también refleja la prudencia del chacarero es que no está entregando la mercadería comprometida de la cosecha pasada, soja y maíz, ni tampoco la actual de trigo. Así lo manifestó desde la corredora de cereales Intagro, Andrés Gosente: "muchos productores están incumpliendo con los contratos; primero, porque no pueden sacar los granos del campo producto de las inundaciones, pero principalmente porque ven que los precios no son lo que esperaban. Hay preocupación por la caída de los compromisos".

BAE Negocios – Merino Soto