28/02/2019

Soja: los exportadores analizarán con Dujovne y Sica el costo fiscal de bajar retenciones

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En no más de 20 días, los exportadores de granos se reunirán con los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, y de Producción y Trabajo, Dante Sica, para evaluar una propuesta sobre retenciones que las empresas plantearon al presidente Mauricio Macri en el marco de la Mesa Nacional de Industrialización de la Soja.

En septiembre pasado, con el nuevo esquema de retenciones de $4 por dólar exportado, el grano, la harina y el aceite de soja quedaron tributando ese valor (esto al margen de un 18% fijo para la soja).

Para los exportadores, al unificarse los derechos no se facilita el agregado de valor. Y en esa línea quieren que al menos para los subproductos como la harina y el aceite de soja pase a pagarse $3 por dólar exportado, como ocurre con la harina de trigo, el aceite de girasol y el aceite de maíz, por ejemplo.

En la planta de Renova, en Timbúes, Santa Fe, donde se desarrolló el encuentro, la industria planteó el tema. Hubo, no obstante, algunas diferencias sobre el tema al interior de la misma cadena agroindustrial.

"Al Presidente le pareció razonable la idea, pero quiere ver si hay un efecto fiscal", dijo Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC). Idígoras dijo que en no más de 20 días se avanzará en una reunión con Dujovne y Sica por este tema. Los exportadores quieren que esto se trate antes del inicio de la cosecha.

Repercusiones

En este contexto, Dardo Chiesa, presidente de CRA, opinó a LA NACION: "Con estos valores, la carga tributaria favorece a los exportadores del poroto de soja, pero perjudica a la industria que genera valor agregado".

Alfredo Paseyro, gerente general de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), señaló que las industrias de procesamiento que están trabajando al 65% de su capacidad instalada corren riesgo de desaparecer.

Por su parte, Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), dijo que la postura de la entidad es distinta "con relación al diferencial (de derechos de exportación), al tratamiento impositivo, básicamente por el problema que generan las retenciones. Se lo manifestamos al Presidente y quedamos en trabajar sobre ello, especialmente en un diferencial que para nosotros no debería existir", precisó.

En esta línea, el dirigente de la Rural agregó: "Si hay alguna locación de recursos distinta, vayamos a los que están más complicados. Antes de corregir un diferencial como propone la industria, veamos las retenciones de las economías regionales que les está pegando muy duro".

Entre otros puntos, también se abordaron cuestiones como la logística de la actividad y el biodiésel (vale recordar que sigue cerrado el mercado de EE.UU. tras una sanción por supuestos subsidios y dumping, pese a que país prometió volver a analizar el tema).

Por otra parte, Macri, según pudo reconstruir LA NACION, se comprometió a enviar una carta a su par de China, Xi Jinping, para agilizar los trámites de exportación para subproductos como la harina y el aceite de soja (ese país ya retomó compras de este último producto).

Además, sobre la ley de semillas, donde el Gobierno está explorando un acuerdo para tratarla en el recinto, dijo que se debe trabajar con la oposición para primero conseguir el quórum necesario y después debatirla.

Al margen de lo conversado hoy, Chiesa remarcó la necesidad de que el sector privado se reúna con anterioridad para el próximo encuentro que se realice con Macri. "Así se fijan criterios de las cuestiones comunes e ir con una sola voz para encarar con planteos al Presidente y no mostrar diferentes visiones de los problemas", señaló.

Paseyro coincidió con Chiesa: "En estas reuniones no debemos poner al Presidente como juez para que dirima en nuestro tironeo; debemos acordar de antemano e ir verlo con las cosas más claras".

Macri estuvo acompañado en el encuentro por el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, además de Sica, el ministro de Transporte Guillermo Dietrich y el secretario de Gobierno de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere.

La Nación - Mariana Reinke