30/07/2015

¿GRANOS Y/O CARNE?

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La soja está cediendo terreno a la ganadería bovina, dejando la primacía de la agricultura -que en los últimos años ha sido generalizada- circunscripta a la Zona Núcleo. Incluso en la bonaerense Cuenca del Salado se están recuperando campos que habían tenido tradición pecuaria. Y en Uruguay, con otras condiciones de política económica, pero semejantes características agroecológicas, también se registra una retracción elocuente: la soja perdió el primer puesto del ranking como principal fuente generadora de divisas en Uruguay, distinción que volvió a ser de la carne bovina.

En las zonas mixtas extrapampeanas argentinas –aquellas que quedan a más de 450 kilómetros de las principales terminales portuarias– la mayor parte de los productores abandonarán este año la siembra de soja para destinar esa área a la actividad ganadera. También caerá la superficie de girasol.

En la actual coyuntura el único cultivo viable en las zonas extrapampeanas de Córdoba. San Luis y La Pampa es el maíz para consumo propio. Es decir: el cereal destinado a transformarse in situ en proteínas animales.

Los lotes liberados de soja y girasol pasarán a maíz, pasturas y verdeos. Para aprovechar al máximo esa nueva superficie disponible los empresarios agropecuarios están reteniendo todos los vientres bovinos que pueden (el crecimiento en base a compras de hembras no es una alternativa válida para la mayoría por el elevadísimo precio de las vacas).

El crecimiento de la ganadería en las zonas extrapampeanas es producto de la falta de alternativas: no sucede porque sea un negocio brillante en sí mismo, sino porque la agricultura allí es inviable por los bajos precios combinados con altos costos de flete. Se trata, en definitiva, de una opción orientada a la lograr la supervivencia.

A diferencia de las regiones pampeanas agrícolas con tradición ganadera –como por ejemplo la Cuenca del Salado– en las cuales se eliminó de los campos buena parte de la infraestructura ganadera para pasarse completamente a la producción de granos, las zonas extrampampeanas nunca dejaron de lado la actividad pecuaria (lo que permite un regreso a la ganadería sin mayores dificultades).

El último informe mensual de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la Republica argentina (Ciccra) indica que en junio pasado la participación de las hembras bovinas en la faena total argentina fue de 42,2%, una cifra 2,5 puntos porcentuales inferior a la del mismo mes de 2014, lo que estaría indicando el inicio de una fase de retención de vientres.

En Uruguay la soja pasó al segundo lugar  

En los últimos años las exportaciones sojeras fueron la principal fuente de divisas de Uruguay, pero este año la oleaginosa fue desbancada por la carne bovina. Ambas retrocedieron, pero mucho más la oleaginosa.

En el primer semestre de 2015 las declaraciones de ventas externas de productos cárnicos bovinos uruguayos (carne + menudencias) fueron de 846 millones de dólares, una cifra 3,0% inferior a la del mismo período de 2014, según datos publicados en el último informe de exportaciones de la agencia oficial Uruguay XXI.

“La leve caída en el semestre se explica por una mínima reducción de precios (de exportación), ya que las toneladas exportadas se mantuvieron en niveles similares”, indica el informe de Uruguay XXI.

Las colocaciones de soja, que en enero-junio del año pasado habían generado divisas por 1238 millones de dólares, en los primeros seis meses de 2015 contribuyeron con 811 millones (-34,5%).

El volumen exportado de soja en enero-junio de este año fue de 2,25 millones de toneladas (casi un 5% menos que las 2,34 millones de toneladas colocadas en el primer semestre de 2014). Pero el valor promedio FOB de la oleaginosa cayó 29% en el período.

Otro rubro que experimentó un derrumbe de ventas –debido al enfriamiento de la demanda internacional– fueron los lácteos con una generación de divisas en el primer semestre de este año de 311 millones de dólares (-28,8% que en el mismo período de 2014). Pero esa caída fue compensada –gracias a las inversiones externas realizadas en el sector– con un crecimiento de las exportaciones de celulosa (442 M/u$s en enero-junio de este año contra 331 M/u$s en el mismo lapso de 2014).

En el primer semestre de este año también descendieron las ventas externas de arroz con 180 millones de dólares (-26,0% que en el mismo período de 2014) y trigo con 67 millones de dólares (-60,8%), mientras que las de cuero (160 M/u$s) y lana (136 M/u$s) se mantuvieron en niveles similares a los del primer semestre del año pasado.