19/09/2017

Un laboratorio invirtió US$ 3 millones para certificar buenas prácticas de agroquímicos

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Se trata de JLA, que funciona en General Cabrera, Córdoba, desde hace 20 años

CORDOBA.- JLA Argentina, una empresa de servicios que asiste a toda la cadena de producción de alimentos desde el inicio a la certificación para exportación, invirtió US$ 3 millones en su establecimiento de General Cabrera para convertirse en la primera firma del país en certificar buenas prácticas de laboratorio para agroquímicos no clínicos conforme a las exigencias de la OCDE.

Roberto Sandrini, presidente de la empresa, explicó a LA NACION que con la inversión duplicaron la superficie cubierta a 250.000 metros e incorporaron 15 personas (cinco doctores en química), con lo que el plantel completo alcanza a 102 personas.

En la Argentina, el proceso de registro de productos agroquímicos cuenta con dos vías. El Senasa se encarga de los no clínicos y la Anmat de los clínicos. Para el primer caso, la OCDE estableció nuevas exigencias hace unos años y el país estaba en mora porque no tenía laboratorios que cumplieran con las normas.

"Se trata de cumplir con la última etapa un estudio de residuos del uso de agroquímicos que implica dos años de controles en tres zonas diferentes del país sobre cultivos a los que se les aplicó el químico en dosis máxima", señaló Sandrini.

Hasta ahora lo hacían las mismas productoras de agroquímicos y llevaban las muestras al laboratorio para la evaluación final.

JLA cumple con las normativas de "Buenas Prácticas de Laboratorio" y puede concretar el procedimiento completo con equipos de campo que se encargan desde la siembra a la aplicación del producto, con etapas planificadas y controladas. Además, según señaló el ejecutivo, como hay productos que incluyen moléculas nuevas también se desarrollan los métodos analíticos que se requieren para estudiarlas.

La empresa surgió en 1992 en General Cabrera focalizándose en el análisis de aflatoxinas, un tipo de toxinas producidas por ciertos hongos en cultivos como el maní, que es el dominante en esta zona de Córdoba. En ese marco, en 1997 se asoció con la estadounidense James Leek que, en ese momento evaluaba a la Argentina como origen alternativo de maní. Desde esta provincia gerenciaron las aperturas de China y Brasil.

JLA tiene entre sus clientes, por ejemplo, a todos los exportadores de maní. Certifica en origen calidad de productos alimenticios. "El laboratorio creció mucho traccionado por la certificadora a punto tal que hoy es una unidad de negocios aparte", apuntó Sandrini. "Como todo gira alrededor del mismo concepto hay una sinergia que permite la integración de todos los equipos", agregó.

La Nación – Gabriela Origlia