14/11/2017

Investigadores argentinos descubrieron nuevas especies de gramíneas

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Investigadores de Fauba las hallaron, describieron y les pusieron nombres. Pertenecen al género Paspalum.

Investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) descubrieron nuevas especies dentro de la familia de las gramíneas, que son parientes del trigo, del maíz y de los pastos en general.

Según informaron desde el portal de noticias “Sobre la Tierra” de Fauba, estas especies fueron halladas en viajes de recolección de vegetación por la región del Cerrado brasileño y pertenecen al género Paspalum, que tiene múltiples usos: desde forraje hasta céspedes deportivos.

En este caso, dos de las nuevas especies encontradas, Paspalum vexillarium y Paspalum schesslii, se caracterizan por sus cualidades estéticas.

Primer descubrimiento

Gabriel Rua, profesor asociado de la cátedra de Botánica Sistemática de la Fauba, explicó que “primero descubrimos a Paspalum vexillarium cuando revisábamos materiales colectados en el centro de Brasil junto con colegas brasileños. Fue un tanto fortuito, ya que conocíamos una gramínea parecida, llamada Paspalum ceresia, que habita desde Ecuador hasta el Noa y que tenemos cultivada desde hace varios años en el Jardín Botánico de la Fauba. Cuando la vimos en el Cerrado, nos llamó la atención cuán lejos estaba de aquella zona, y al estudiarla nos dimos cuenta de que no era ceresia, sino una especie nueva, desconocida. La llamamos Paspalum vexillarium”.

En relación a las características de esta nueva especie, el investigador señaló: “vexillarium significa ‘que lleva la bandera’. Le pusimos este nombre por el aspecto de sus flores, que están dispuestas en racimos y parecen banderas muy vistosas, de tonos que van del anaranjado al cobrizo. Es la más ornamental de los Paspalum”.

Segundo descubrimiento

En tanto, “tiempo después, con Marisa Bonasora, también docente de la cátedra de Botánica Sistemática de la Fauba, estudiábamos la compleja genética de Paspalum stellatum —otra gramínea nativa muy bonita— y creímos necesario encontrar a sus progenitores. Por eso salimos de campaña nuevamente hacia la zona del Cerrado, cerca de la frontera entre Brasil y Bolivia, un área de alta diversidad de gramíneas. Allí descubrimos a Paspalum schesslii”, comentó Rua.

“En este caso también tuvimos un poco de suerte”, dijo Rua; se refiere a que “la forma más común de Paspalum stellatum tiene 32 cromosomas. Nuestra hipótesis era que debía ser un híbrido entre la forma de 20 cromosomas —conocida y poco común— y otro Paspalum desconocido, de 12. Por varias razones pensamos en Paspalum malmeanum, que crece en la misma zona que el stellatum de 20 cromosomas. Resulta que en el viaje recolectamos una gramínea muy parecida a  malmeanum, y los estudios genéticos posteriores mostraron que tenía 12 cromosomas: era exactamente el progenitor faltante. Como no estaba descripto, le pusimos por nombre Paspalum schesslii en homenaje a un botánico alemán”.

Paspalum stellatum y sus parientes son gramíneas muy estéticas. En el caso puntual de schesslii, Rua comentó que es relativamente baja y que sus hojas son más cortas que las de stellatum. Además, posee tallos ramificados y las flores se conjugan en dos vistosos racimos.

Pastos multiuso

El género Paspalum incluye alrededor de 350 especies de gran valor forrajero, ornamental, paisajístico y hasta para céspedes de campos deportivos.

Al respecto, Rua sostuvo: “Este género fue y sigue siendo muy estudiado, desde su genética hasta su taxonomía, anatomía y ecología. Por ejemplo, hace poco nosotros también describimos una especie de Paspalum del sur de Chile, Paspalum chilense, que podría ser portadora de genes de tolerancia al frío en un género de valor forrajero, típico de pastos tropicales y subtropicales”.

Por otra parte, el investigador valoró las cualidades estéticas del género. “Si bien a mí y a mis estudiantes nos interesan las gramíneas nativas en general, las especies del género Paspalum en particular se encuentran poco explotadas como ornamentales. En algunos casos sólo se comercializan como flores de corte a partir de plantas silvestres”, indicó.

Y añadió: “El auge del cultivo de gramíneas ornamentales comenzó hace algún tiempo a partir del trabajo de un grupo de paisajistas de EE.UU., Alemania y Brasil. Cada vez es más frecuente, incluso en la Argentina ya hay viveros especialmente destinados a su producción”.

Para Rua, las gramíneas poseen muchas posibilidades en paisajismo, más allá de servir como céspedes. “Casi todas las plantas que se usan como césped son gramíneas. Por lo tanto, en nuestro grupo también estamos trabajando con especies gramíneas nativas que actualmente no están siendo comercializadas en el mercado del césped y tienen características muy promisorias para este uso”, describió.

La Voz del Interior