Entre enero y octubre pasado, según datos que aportó el consultor internacional Leandro Pierbattisti, la Argentina colocó en Brasil 5,1 millones de toneladas de trigo, cubriendo el 83% de las necesidades de importación del vecino país. Cualquier trigo extra Mercosur que quiera entrar lo debe hacer pagando un arancel del 10%. Es decir, el arancel es algo que ayuda al cereal argentino en Brasil.
Ayer, el Ministerio de Agricultura del vecino país anunció la implementación de ese cupo sin aranceles por un período "indefinido". La cuota era un compromiso que asumió el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ante su par de Estados Unidos Donald Trump. Algunos ven en la decisión brasileña de acelerar la cuota otro episodio en la relación de tensión que Bolsonaro mantiene con el presidente electo Alberto Fernández.
En su momento, Trump dijo que la cuota era exclusiva para su país. Sin embargo, ante el enojo que provocó en la Argentina esa medida, luego la ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina, aclaró que era para la importación desde cualquier origen.
Según informó el vecino país, la cuota representa el 6% del consumo de trigo brasileño para molienda. "Las importaciones de todos los países se beneficiarán, excepto las de los países con los que Brasil tiene un acuerdo comercial que establece el libre comercio del producto", apuntó la cartera de Agricultura de Brasil.
Todavía no se conoce la modalidad de la implementación y cuándo entrará en vigor efectivamente, aunque se descuenta será con el inicio de 2020.
En este contexto, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), señaló que el sector exportador pidió al Gobierno argentino actuar.
"Si bien cada país del Mercosur tiene legalmente autorizado poner hasta 200 posiciones por semestre, debe demostrar incapacidad regional de suministro. En este caso eso no existe. Brasil necesita 5,5 millones de toneladas y la Argentina tiene sobre stock para venderle. De hecho, tuvimos un año de abastecimiento muy bueno. Por eso enviamos solicitudes a Cancillería y al Ministerio de Agricultura para que actúen sobre esta decisión", contó Idígoras a LA NACION.
El ejecutivo agregó: "Pedimos que evalúen la legalidad de la decisión de Brasil porque no vemos que haya justificación y, además, pedimos que la cuota sea abierta para todos los países del mundo, incluyendo la Argentina. Es decir, Brasil si abre la cuota es para todos porque es una cuota OMC (de la Organización Mundial del Comercio)".
Ante una consulta, Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), evaluó: "Nos preocupa que el cupo con Estados Unidos represente el inicio de una nueva política estratégica comercial de Brasil. Como cadena agroindustrial siempre queremos venderle a Brasil porque son nuestros principales socios. Creemos que deben existir canales de diálogo permanentes para ir subsanando este tipo de situaciones".
Para Javier Buján, presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales, la cuota de 750.000 toneladas está "dentro de lo que el mercado tiene previsto", aunque "el riesgo" es si escala la tensión entre Bolsonaro y Alberto Fernández.
"No es ninguna novedad, eso ahora lo están usando por la rispidez entre Bolsonaro y Fernández. La cuota es antes del Mercosur y siempre la utilizó. Hasta 750 mil toneladas puede importar y no afecta al mercado de exportación argentino en absoluto", indicó Buján.
"Esto es una noticia que todos los años la vemos. Ya sabemos que hay 750 mil toneladas anuales que entran con tasa cero, así entró Rusia al norte de Brasil, Canadá y Estados Unidos. Están importando entre 6 y 7 millones de toneladas por año y la Argentina entra siempre con 4,5 a 6 millones, según los años. Están (las 750 mil toneladas de la cuota) dentro de lo que el mercado tiene previsto", dijo Buján.
No obstante, agregó: "El riesgo es si esto escala, las rispideces entre Bolsonaro y Fernández; tendría que romper el Mercosur (Bolsonaro)".
En tanto, Pierbattisti expresó: "Están los que dicen que la cuota es solo un 10% del mercado, que no es grave. Personalmente coincido que la cuota no es enorme, pero va a ser una muy buena herramienta para ponerle techo al trigo argentino (en precio) en el segundo semestre".
La Nación - Fernando Bertello