“Esta iniciativa propone un mecanismo para el desarrollo de políticas públicas consensuadas que permitan alcanzar las 200 millones de toneladas antes del año 2030. Ello generaría un agregado de valor e ingreso de divisas suficientes para estabilizar la economía, disponiendo así de una base estable y posible para el desarrollo de otros sectores y actividades económicas viables, inclusivas y competitivas”, argumenta el Gobierno en el anexo de la resolución publicada en el Boletín Oficial
Y continúa: “La metodología planteada busca desarrollar y consensuar medidas de política pública que, de implementarse, generarían excedentes en el corto y mediano plazo para incentivar la producción sostenible, el agregado de valor en origen y la generación de fuentes de trabajo necesarias para reactivar la economía”.
“Estas medidas podrían consistir en mecanismos de beneficios fiscales, acceso a financiamiento, reducción del costo de producción y de las tasas de créditos bancarios, amortización acelerada de bienes de capital, entre otras”, enumera la cartera agropecuaria.
Potencial
Según este documento oficial, sumar 60 millones de toneladas más (parte de un escenario base de 140 millones de toneladas que se repitió pocas veces en los últimos años) y “considerando una primera transformación de los mismos, significaría un alza en el valor de las exportaciones de aproximadamente 20 millones de dólares”.
Asimismo, el Estado calcula que “una recuperación de entre 500.000 y un millón de hectáreas agrícolas en zonas de exclusión/amortiguamiento, con el uso de nuevas tecnologías seguras (Agtech) con una reducción de hasta el 80 por ciento en el uso de agroquímicos, representaría aproximadamente un ingreso normalizado y sostenido por exportaciones de aproximadamente dos mil millones de dólares”.
En definitiva, la proyección oficial es que “el sector posee la potencialidad para ver incrementadas las exportaciones agroindustriales en al menos un 60 por ciento, alcanzando los 57.000 millones de dólares, en un plazo de entre cinco y diez años”.
A partir de este diagnóstico, esta iniciativa lanzada por el Gobierno busca “generar las herramientas que permitan materializar tal potencialidad”.
El Gobierno considera que si se logra este incremento productivo en granos y legumbres, junto a otros desarrollos en cultivos regionales, “sentaría las bases de un nuevo escenario nacional de alto dinamismo para la inversión en agregado de valor tanto en proteína animal como en industria alimenticia, que multiplicaría hasta por tres el valor de nuestras exportaciones frente a un mundo que demanda, cada vez más, alimentos sanos”.
“Tal expansión productiva, en un país destacado y experto en producción agropecuaria,generaría asimismo condiciones para nuevos desarrollos en alimentos, proteínas animales, bioenergía, biomateriales, madera, captura de carbono, biotecnología, reutilización y economía circular, entre otros”, afirma el documento.
Y completa: “La República Argentina debe y va a ponerse de pie con el aporte de todos. El sector agropecuario, nuestros recursos naturales y la agroindustria, serán protagonistas centrales para iniciar la reconstrucción del tejido social, económico y productivo”.
La Voz del Interior